

Festival de cine del mundo Maya
Un territorio vivo. Una memoria ancestral. Una fuerza narrativa que sigue transformando al cine.
El Mundo Maya no es solo una región en los mapas. Es un tejido profundo de culturas, lenguas, territorios, historias, luchas y cosmovisiones que siguen vivas. Es una civilización que no desapareció: se adaptó, resistió, habló, filmó, creó.
Hoy, esa herencia se encuentra en México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador. Y desde San Cristóbal de las Casas, Chiapas, emerge un movimiento cinematográfico que está reclamando su propio espacio: un festival que reconozca la voz, la mirada y el corazón del cine hecho desde y para el Mundo Maya.
Ese festival es El Ojo Maya – Festival de Cine del Mundo Maya.

El término Mundo Maya se refiere al conjunto de pueblos, comunidades, territorios y expresiones culturales que pertenecen —histórica y actualmente— a la civilización maya.
No es únicamente un concepto arqueológico; es un espacio vivo que sigue generando arte, ciencia, tradición y visión del mundo.
Incluye regiones de:
México: Chiapas, Campeche, Quintana Roo, Yucatán y Tabasco
Guatemala
Belice
Honduras (zona occidental)
El Salvador (área de influencia cultural)
En este territorio conviven lenguas como tsotsil, tseltal, chol, tojolabal, q’eqchi’, kaqchikel, mam, q’anjob’al, entre muchas otras. Cada una aporta matices visuales y narrativos que difícilmente se encuentran en otras cinematografías.

El poder cinematográfico del Mundo Maya
La región posee una estética, un ritmo, un sonido y una espiritualidad que convierten cualquier obra audiovisual en una experiencia emocional única:
La mezcla entre territorio y personaje
La presencia de la naturaleza como fuerza dramática
La cosmovisión que integra lo espiritual y lo cotidiano
El uso de lenguas originarias como acto político y artístico
La narrativa comunitaria sobre la narrativa individual
Lo maya no es folclor.
Lo maya es cine contemporáneo, sensible, identitario y universal.
¿Por qué el Mundo Maya merece un festival de cine propio?
1. Porque existe una cinematografía maya contemporánea en pleno crecimiento
En los últimos años, cineastas originarios y cineastas que trabajan con comunidades mayas han creado obras que han llegado a festivales internacionales.
Aun así, no existía un espacio propio para visibilizar esas voces en su propio territorio.
2. Porque el sur de México y Centroamérica son un polo creativo poco reconocido
El cine hecho en el Mundo Maya tiene una identidad visual y narrativa poderosa, pero rara vez ocupa espacio en festivales dominados por otras regiones del país o del continente.
3. Porque el cine es una herramienta de resistencia cultural
En territorios donde las lenguas originarias viven procesos de desplazamiento, el cine se ha convertido en:
Documento histórico
Acto de resistencia
Arte comunitario
Espacio para sanar memoria
4. Porque el público merece ver historias contadas desde aquí, no solo sobre aquí
Muchas películas “sobre indígenas” no fueron hechas por personas indígenas.
El festival busca invertir esa mirada.
5. Porque es momento de celebrar el talento, no solo el territorio
Hay actores, fotógrafos, directoras, editoras, animadores, productoras y colectivos cinematográficos que están elevando la calidad del cine regional.
Este festival existe para darles un escenario digno.

San Cristóbal de las Casas no es solo una sede: es un corazón cultural.
Aquí conviven:
comunidades tsotsiles y tseltales, artistas de todo el país, estudiantes, cineastas jóvenes, viajeros y académicos, una energía creativa que renace cada año.
El festival nace con tres misiones claras:
1. Ser un punto de encuentro entre cineastas del Mundo Maya
Un espacio donde las películas se dialoguen entre sí y construyan identidad cinematográfica.
2. Mostrar cine para las masas
Proyecciones en plazas, universidades, barrios y espacios comunitarios.
El cine vuelve al pueblo, donde debe estar.
3. Impulsar nuevos talentos
Con un rally de 48 horas, talleres, charlas, conversatorios y encuentros con cineastas profesionales.
Una mirada que inspira al mundo
El cine maya contemporáneo tiene algo que el mundo está buscando:
autenticidad,
espiritualidad,
narrativas sensibles,
historias que conectan a lo humano con la tierra.
En un planeta saturado de efectos especiales y narrativas repetidas, la voz del Mundo Maya ofrece nuevas respuestas a preguntas universales.
Por eso sí merece un festival propio.
Porque el mundo necesita escuchar su mirada.
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